La mayoría de nosotros deseamos tener nuestra mejor versión de nuestra cara, pero a veces se necesita un poco de ayuda para lograrlo. Cuando aparecen demasiadas líneas finas y arrugas, puede ser el momento de considerar el Botox®. Fabricado con una neurotoxina que bloquea las señales transmitidas por los nervios a los músculos, el Botox® puede ayudar a suavizar las líneas finas y las arrugas existentes y evitar que se formen otras nuevas.
el Botox® puede ayudar a suavizar las líneas finas y las arrugas existentes y evitar que se formen otras nuevas
Aunque los tratamientos con Botox® no son quirúrgicos, es importante seguir las instrucciones de cuidado posterior para conseguir los resultados más seguros y satisfactorios. Conozca qué puede esperar después de las inyecciones de Botox®, lea las instrucciones y consejos para el cuidado posterior, descubra qué debe evitar después del tratamiento y sepa cuándo es necesario ponerse en contacto con su proveedor.
Saber qué esperar después del Botox® puede ayudar a reducir los nervios previos al tratamiento.
Inmediatamente después de una sesión de Botox®, pueden aparecer pequeñas protuberancias rojas en las zonas de tratamiento. Normalmente, estas protuberancias desaparecen al final del día, pero pueden tardar un poco más. Algunas personas experimentan una ligera hinchazón y hematomas, que pueden durar desde unos días hasta dos semanas, como máximo. Las compresas frías pueden ayudar a aliviar estos síntomas.
Aunque es poco frecuente, es posible que aparezca un dolor de cabeza o de cuello durante uno o dos días después de las inyecciones de Botox®. Si esto ocurre, es importante evitar los analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y utilizar en su lugar paracetamol. Los analgésicos AINE diluyen la sangre, lo que puede empeorar los hematomas.
Tras las inyecciones de Botox®, los efectos iniciales del tratamiento serán visibles en aproximadamente tres días, pero los efectos completos pueden no ser visibles hasta unos 10 días después. Dado que el Botox® relaja los músculos faciales tratados, desde la parte inferior de la cara hasta la parte superior o la zona de la frente, el aspecto de las líneas finas y las arrugas comienza a suavizarse, y los músculos se mueven menos con acciones como fruncir el ceño y arrugar la frente.
En dos o tres meses, los efectos del Botox® comenzarán a desaparecer gradualmente. Las personas que están satisfechas con los resultados del Botox® suelen programar tratamientos de seguimiento en ese momento.
Instrucciones y consejos para el cuidado posterior del Botox
Para lograr los mejores y más seguros resultados, es importante seguir las instrucciones de cuidado posterior de Botox® establecidas por el proveedor del tratamiento. Asegúrese de preguntar sobre cualquier medicamento o suplemento que deba evitarse después del tratamiento. Además, siga estos útiles consejos:
- Relájese durante el resto del día.
- Siéntese durante las cuatro horas siguientes al tratamiento para evitar que la toxina se extienda.
- Mueva la cara suavemente sin tocarla sonriendo, frunciendo el ceño y levantando las cejas.
- Duerma de espaldas la primera noche para no ejercer presión sobre los músculos faciales afectados.
Qué evitar después de las inyecciones
Saber qué hacer después de recibir las inyecciones de Botox® ayuda a garantizar unos resultados óptimos, pero una recuperación segura también significa saber qué no hacer.
Siga estas pautas a menos que el proveedor le aconseje lo contrario. Los proveedores de tratamiento reúnen información sobre los antecedentes médicos de las personas, las necesidades específicas y siempre deben ser la primera fuente de información para el cuidado posterior al tratamiento. Es crucial encontrar un proveedor de Botox® en el que confíe para sentirse cómodo durante el proceso de tratamiento y el cuidado posterior.
- Para evitar que la neurotoxina se extienda a otras partes del cuerpo, evite tocar, frotar o aplicar presión en la cara durante al menos 24 horas. Esto incluye la aplicación de maquillaje u otros productos, además de lavarse y secarse la cara.
- No realice ningún tipo de ejercicio físico
- Después de recibir las inyecciones de Botox®, es aconsejable evitar el ejercicio físico durante al menos 24 horas; algunos proveedores recomiendan incluso un período más largo. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo, lo que puede propagar la toxina a otras partes del cuerpo y reducir su eficacia en los músculos faciales.
- Evite el calor
Elevar la temperatura del cuerpo después de los tratamientos con Botox® puede aumentar el riesgo de aparición de hematomas. Durante al menos 24 horas, evite las actividades que puedan provocar un aumento de la temperatura corporal, como por ejemplo
- Tomar baños o duchas calientes
- Utilizar saunas, salas de vapor, jacuzzis y camas de bronceado
- Pasar tiempo al sol
- No beba alcohol
El alcohol dilata los vasos sanguíneos, lo que puede contribuir a la aparición de hematomas. Durante al menos 24 horas después del tratamiento, es mejor evitar las bebidas para adultos.
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